El Amazonas, hogar de un millón de personas y tres millones de especies animales, está incendiándose. Hace dos semanas 9,000 incendios se prendieron simultáneamente, provocado una concentración de fuego en la frontera entre Brasil, Perú y Bolivia que hasta el día de hoy ha sido imposible de controlar.
Apagar el fuego es urgente, pero después de lograrlo llegará una segunda etapa tan retadora como esta: recuperar la biodiversidad del principal pulmón natural de nuestro planeta.
Huella de carbono masiva
El servicio Copernicus Atmosphere Monitoring reporta que el humo generado en el incendio ya llegó hasta el Atlántico. Y es tan densa la concentración de humo que el 19 de agosto provocó que la ciudad de Sao Paulo se oscureciera a las 3 de la tarde. El dióxido de carbono producido en el incendio seguirá esparciéndose y generará un efecto invernadero en todo el planeta.
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Animales en peligro de extinción
El Amazonas es hogar del 10% de las especies animales de la Tierra, y todos ellos sufrirán los efectos del incendio en corto y largo plazo. De acuerdo con National Geographic, el fuego provocará la muerte de un alto porcentaje de estos seres por quemaduras, calor extremo e inhalación del humo. Algunos de los animales, como jaguares o pumas, podrán escapar de las llamas, pero otros, como los perezosos o las ranas, se quedarán atrapados.
Estas primeras consecuencias, sin embargo, serán menos catastróficas que los efectos a largo plazo, después del fuego. Todo el ecosistema del Amazonas se verá alterado, y lo mismo pasará con el ciclo de alimentación, pues ciertas especies desaparecerán por completo. Las que sobrevivan deberán adaptarse a las nuevas condiciones de su entorno.
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La deforestación masiva
Tan solo en 2019, se han registrado 74,000 incendios en la extensión del Amazonas dentro de Brasil, y el Instituto de Investigación Ambiental de Amazonas (IPAM) señala como causa directa al incremento en la deforestación. De acuerdo con el Instituto Nacional de Investigación Espacial, que mide la deforestación a través de varios satélites, en julio de este año hubo un incremento del 278% a comparación del mismo mes en 2018.
La deforestación es, al mismo tiempo, causa y consecuencia, pues mientras no se regule, las hectáreas dedicadas a esta práctica crecerán y se sumarán a las afectadas por el incendio, dejando un inmenso terreno inservible para que el ecosistema se recupere.